Como el diario tenía todas las de ganar, no tardó en convertirse en el más vendido. Este se materializó en un concepto que podría resultar llamativo para unos, pero repulsivo para otros. ‘Diario Hechicera’ se presentó como un arma de doble filo.
Lo que se está a punto de decir puede resultar contradictorio -y hasta irónico-, pero Zulmi posee una visión del periodismo completamente distinta a la que maneja -consciente o inconscientemente- el diario de su corporación.
Zulmi cae en la cuenta de que lo que se hace dentro del diario no es lo más adecuado y, además, reconoce el motivo que induce a que se adopten estas medidas. En primer lugar, el contenido que más produce el diario se encuentra en la sección ‘policiales’. Zulmi reafirma, con toda seguridad, que dicho ejercicio se realiza porque es lo que más vende en Tumbes.
Es absolutamente viable que la visión de Zulmi acerca del periodismo pueda resultar contradictoria con la que tiene el propio diario de su corporación; después de todo, ella no es la única en el trono de hierro del directorio.
El periodismo de Zulmi
Para Zulmi, el periodismo es una herramienta imprescindible en la sociedad porque esta permite a la ciudadanía saber qué es lo que acontece en una región o un país. Ella distingue distintas formas de hacer periodismo.
Esto puede ser un poco descabellado, pues solo existe una manera de hacer periodismo: aquella que utiliza como arma principal la objetividad e imparcialidad, obviamente, dejando de lado cualquier nota filosófica y antipática de lo que significa «objetividad».
Zulmi opina que:
Según la distinción que había hecho, Zulmi considera que la mejor forma de hacer periodismo era “con objetividad”.
Este capítulo se hila a partir de una frase subrayada y en negrita. ¡Búscala!