La desconfianza hacia las municipalidades es 10% más elevada que la que se tenía con el exmandatario Pedro Castillo: un duro 80% no cree en los municipios, según el último informe “Percepción Ciudadana sobre Gobernabilidad, Democracia y Confianza en las Instituciones” del Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI).
El entorno de desconfianza y desinterés en la política, que se refleja en las cifras de ausentismo de la última primera vuelta presidencial que rozan el 30%, se transforman en un gran reto para la comunicación de toda municipalidad: ¿Cómo comunicar bien? ¿Basta con publicar contenido en las redes sociales?
Para dar respuesta a la interrogante, MediaMap conversó con Mateo Londoño, magíster en comunicación estratégica por la Universitat Rovira i Virgili. Asimismo, se presentó a la Municipalidad Distrital de Guadalupe como un estudio de caso.
La transparencia y objetivos como estrategia
El también docente e investigador en la Facultad de Comunicación de la Universidad de Piura sostiene que para las municipalidades es más difícil llegar a un público, mas no es imposible.
De acuerdo con el especialista en comunicación estratégica, hacer énfasis en la transparencia y al derecho de la información de los ciudadanos son factores claves para lograr que el municipio llegue correctamente al público.
“Si realmente trabajan para servir a los ciudadanos, su comunicación se debe basar en brindar la información que requiere para garantizar el desarrollo de las dinámicas sociales dentro de la comunidad”, apunta.
En ese sentido, la comunicación institucional, que viene a ser el entendimiento de una organización dentro de la sociedad, deberá velar por cumplir con las necesidades particulares de todos sus grupos de interés. Es por ello que debe basarse en objetivos de comunicación previamente delimitados. De lo contrario, indica Londoño, “la organización va por donde sea y el conocimiento de uno que se quiere comunicar es desastroso y confuso”.
El caso de la Municipalidad de Guadalupe
Todo municipio tiene el deber, al ser una entidad pública, de comunicar lo que se hace. Sin embargo, hay distintas formas de realizarlo. Si eso se logra, el posicionamiento es el premio.
“En nuestra realidad, la comunicación recién ahora está viéndose más allá, lo que nos lleva a ver organizaciones que trabajen con estrategia”, señala el especialista. No obstante, la profesionalización de la comunicación institucional no es el común denominador y, por ello, quienes la aplican, aunque no sea fuera de lo normal, llegan a diferenciarse.
Ese es el caso de la Municipalidad Distrital de Guadalupe. En la última gestión, el municipio utilizó el entorno digital para comunicar sus actividades y, de igual forma, brindar información útil para los ciudadanos.
“Llama la atención que esta municipalidad se esté desarrollando de una forma sistemática. Podemos ver que transmiten información relevante, cubren distintos eventos y eso salta a la vista, pero, si nos damos cuenta, no están haciendo nada fuera de lo normal”, indica Londoño. Al respecto, el docente explicó que “como tan pocos lo hacen, al hacerlo te diferencias”.
La regionalización como oportunidad
A diferencia de una marca, una municipalidad tiene la ventaja de tener vinculada su identidad al territorio que habita. Es decir, no debe construir ciertos valores, sino que estos son inherentes al lugar de residencia de los pobladores.
“Las municipalidades pertenecen a un territorio, cosa que no todas las marcas tienen, entonces, ese sentido regionalista juega en favor de las municipalidades”, destaca.
Aun así, aunque la regionalización permita una más fácil identificación, el tono con el que se comunica no puede ser “jocoso”. “Se trata de informar, pero no desde la lejanía, sino desde los objetivos”, aconsejó el docente de la UDEP.
Los desafíos para una municipalidad
Mateo Londoño identificó tres desafíos que alcanzan a cualquier municipio:
- Presupuesto: al haber otros problemas que abordar, se destina poco presupuesto a la comunicación.
- Abundancia de públicos: los públicos se encuentran fragmentados y cada uno tiene necesidades distintas, por lo que se debe investigar cómo llegar de forma personalizada a ellos.
- Participación ciudadana: se trata de entablar una comunicación bidireccional, pues esta cumple su función cuando recibe la respuesta del receptor.
“Es una responsabilidad muy grande la que tiene una municipalidad, pero por ahí mismo viene la solución a muchas problemáticas de nuestras ciudades, pues la participación ciudadana se traduce en que el ciudadano no vote basura, respete las reglas, etc”, concluye Londoño.