Lo logrado
César Díaz lo sabe muy bien. Él ha logrado un cambio sustancial en la sociedad con sus medios de comunicación.
La ciudad de Tumbes tiene en sus medios una expresión propia. César entrega como ejemplo de ello el “cómo se manejan los noticiarios” hoy en día. La forma de expresarse, de llamar la atención y la de formar una opinión en un tumbesino es diferente que en cualquier otro lugar. Tumbes es sus medios. En ellos está su sazón, su ingrediente y su matriz.
César Díaz siente que el solo hecho de haber formado una generación de locutores es algo que ha beneficiado potencialmente a su tierra. Por otro lado, ser fundador de la Asociación de Periodistas Willakuy forma parte de el amplio legado que le deja a la ciudad de Tumbes y, por qué no, al Perú. Todo lo logrado por este hombre -de ética y de palabra- conforman una pepita de oro entre tantas monedas de cobre.

Imagen: Elaboración propia
Lo que falta
Pero la otra cara de la moneda también existe, y no es hermana de la amabilidad y solidaridad. Es una contraparte en la que no existe la inversión necesaria para el emprendimiento de nuevos medios. Es una cara que deja ver la intranquilidad y desazón humana de las extorsiones.
César ante esto se pronuncia, pues él, siendo periodista, ha cruzado valles en los cuales los disparos y amenazas abundan. Son los peligros del periodismo. Peligros que se pasan por alto y no desaparecen.
A raíz de esto, los dueños y periodistas de los medios de comunicación se han visto a la tarea de tomar diferentes posiciones. César me comentó de la “cultura del chaleco” y del “no solo vivir de buenos sentimientos”.
La “cultura del chaleco” habla por sí sola. Defenderse y ponerse a cubierto del que tiene poder, del que está blindado. “Muchos medios se han convertido en servidoras del poder”, me dijo un César frustrado. No podría tener más razón. Es algo que no solo pasa en Tumbes, sino en cada rincón del Perú. Más aún en las regiones que han sido olvidadas y donde existen altos niveles de polarización porque la información es dominada por unos cuantos. Medios que velan por sus propios intereses.
En la misma línea: “no solo se vive de buenos sentimientos” es una frase que resaltó César al hablar de cómo se vive con un medio de comunicación. En estos aspectos, César es bastante pesimista, pues en su experiencia los “periódicos [solo] viven de publicidad, auspicios o promociones; no viven de buenos sentimientos”.